La mayoría de exámenes no requieren preparación alguna. No obstante, en los casos que es necesario administrar un contraste, se le indicará dependiendo el tipo de TAC las medidas exactas de preparación previa.

Como normas generales:

• Se debe acudir a la cita en ayunas, sin haber tomado alimentos sólidos, al menos, desde cuatro horas antes a la realización de la prueba. De hecho, pueden ser necesarias hasta seis horas de ayuno.

• El día anterior, es importante ingerir abundante cantidad de líquidos. En este caso, los dos litros diarios de agua son imprescindibles, salvo que el médico, por algún motivo, indique otra dosis. También el consumo de agua es necesario en las horas posteriores a la prueba.

• Si el TAC requiere la toma de un contraste vía oral, la unidad de radiología será la encargada de proporcionarlo, explicando al paciente cómo debe prepararlo e ingerirlo. Generalmente, se trata de una suspensión (unos polvos a los que hay que añadir agua) que debe tomarse horas antes de la prueba según la pauta establecida.

• En el momento de la exploración, deberás quitarte cualquier objeto metálico que puedas llevar, incluyendo las prótesis dentales.

• Para realizar el TAC con total seguridad, también es fundamental comunicar al médico si se padece algún tipo de alergia (especialmente frente al yodo que contienen los contrastes) o enfermedad y los tratamientos farmacológicos que puedas estar siguiendo, porque, en determinados casos, hay que suspender la medicación habitual días antes de la realización de la prueba.